Origen: Viviana Kolbeck by Agustín Paredes

El origen del mundo

by Viviana Kolbeck

El desnudo femenino ha sido un tema recurrente a través de la historia del arte occidental, tomando un carácter idealizado en donde el artista refleja ideales, tradiciones culturales e incluso cuestionamientos filosóficos. El poder y la divinidad de la procreación fueron el origen del interés por representar el cuerpo femenino, el cual aparece en el arte prehistórico. Un ejemplo de esto es la famosa Venus de Willendorf, realizada alrededor del 25,000 a.C. y qué tenía una gran importancia dentro de la sociedad paleolítica a la que pertenecía como una diosa de la fertilidad o una representación de las mujeres poseedoras de este don. Pero el desnudo femenino visto desde un punto estético y bello surgió en la antigua Grecia. La Afrodita de Cnido, realizada por Praxíteles, cambió por completo la forma de representar la figura femenina. Mientras que las representaciones femeninas anteriores se mostraban voluptuosas haciendo referencia a la fertilidad, la Afrodita de Cnido tiene un cuerpo con proporciones idealizadas, y su postura sugiere una narrativa erótica. Aunque la original no sobrevivió hasta nuestros días, hay numerosas réplicas de los periodos helenísticos y romanos. El desnudo se volvió un tema común en el arte de la antigua Grecia y Roma, y esta tradición se retomó fuertemente en el Renacimiento. Con el Cristianismo surge el ideal de la castidad, por lo que las divinidades ya no son representadas desnudas como en las tradiciones paganas. Esto lleva a un desinterés durante la Edad Media por estudiar el cuerpo desnudo, por lo que estas representaciones son raras en este periodo histórico. Una de las pocas excepciones son Adán y Eva, cuyos cuerpos desnudos revelan la vergüenza del pecado original. Sin embargo, en el Renacimiento se redescubren y retoman los ideales Grecorromanos, por lo que el desnudo vuelve a estar en el centro del arte y la creatividad. Hablando específicamente del desnudo femenino, en esta época vemos el resurgimiento de la figura de Venus, así como de diversas mujeres de la mitología. Botticelli, Tiziano, Leonardo, Cranach, Rafael y muchos otros grandes artistas plasman el desnudo femenino en sus obras y esto continúa en el barroco con Rubens, Rembrandt y Velázquez, solo por nombrar a algunos. Al acercarnos a 1800, los pintores seguían utilizando el desnudo femenino, plasmándolo siempre bajo los cánones griegos. Sin embargo hubo algunos pintores que desafiaron las reglas de esta tradición. Francisco de Goya pintó a la Maja Desnuda, mostrando el vello púbico por primera vez lo cual causó gran controversia, llevando a su autor a ser acusado por indecencia moral. Edouard Manet pintó a su Olympia en una escena contemporánea a su época, alejándose de los temas mitológicos que justificaban un desnudo, por lo que también causó gran controversia. Pero la obra que sigue causando revuelo e incomodidad incluso hasta nuestros días es El Origen del Mundo de Gustave Courbet, en donde busca plasmar la realidad sin ningún disfraz. El autor buscó desafiar las reglas establecidas por la Academia, abandonando los desnudos suaves y sutiles para mostrar una imagen gráfica y realista del cuerpo femenino. Este es tan solo un muy breve vistazo a la historia del desnudo femenino en el arte, pero más que tener un carácter informativo, me encantaría que este texto nos invitara a reflexionar acerca de lo que un desnudo nos hace sentir. ¿Por qué la expresión de nuestro cuerpo se volvió un tema moral, sexual y social? ¿Por qué se debe censurar? ¿Por qué nos incomoda? Hemos visto que en la historia del arte el desnudo femenino era aclamado cuando cumplía los cánones establecidos de belleza y rechazado cuando mostraba algo más real. Creo que esto sigue pasando actualmente. Queremos consumir cuerpos perfectos, proporcionados, de piel perfecta, sin vello, sin ningún pliegue. Pero esto no es la realidad. Es momento de aceptar nuestra talla, nuestro color de piel, nuestras texturas. Somos arte.